Los militantes sindicales, sociales y políticos con vocación para construir la fuerza popular organizada que sustente en la Ciudad al proyecto nacional que encabezan los compañeros Néstor Kirchner y Cristina Fernández, convocamos a los porteños a sumarse a La Tendencia Nacional y Popular, un espacio político para nutrir desde el compromiso y la acción el desarrollo del Encuentro Popular para la Victoria. Interpelando a todos los sectores con amplitud y generosidad, afrontamos el desafío de consolidar la transformación que se inició en nuestro país el 25 de mayo del 2003.

25 octubre 2010

Ellos o nosotros

Una clase no se suicida. Los que tienen la sartén por el mango nunca ceden sus privilegios de buena gana. Y como lo tienen todo, están dispuestos a aniquilar a quienes les disputen un poco de lo que tienen.

Por eso, es importante considerar el proyecto nacional que encabezan Néstor Kirchner y Cristina Fernández como un obstáculo para los grupos económicos que pretenden una restauración conservadora. Y en ese marco, compartimos el escenario con los pueblos vecinos y sus líderes, como Evo Morales, Lula Da Silva, Hugo Chávez y Rafael Correa, por citar sólo algunos nombres.

La reciente intentona militar contra el presidente ecuatoriano y la reacción de nuestros jefes de Estado revela, en definitiva, la importancia que tiene nuestro subcontinente geoestratégicamente. Las multinacionales y el imperialismo quieren volver a poner sus garras sobre nosotros para tratarnos como colonia una vez más. Nuestros gobiernos, con distintos matices y diferencias entre sí, se mueven en bloque y resisten a la reacción de nuestros enemigos ancestrales: los gringos y sus testaferros locales.

De manera que resulta evidente que, mientras Cristina avanza con leyes fundamentales como la de Medios, la recuperación de las AFJP o la Asignación Universal por Hijo, las corporaciones se desesperan. Y así como en Bolivia quieren asesinar a Evo o en Ecuador se quieren deshacer de Correa, en Argentina la derecha quiere terminar con el proceso que vivimos actualmente. Todavía no saben bien cómo lograrlo pero rosquean día y noche para eso. Porque se trata de sus privilegios de clase y no van a perderlos sin pelear con las armas que tengan a mano: pueden ser los grandes diarios y la televisión, pueden recurrir a las embajadas de países dominantes, las empresas con casa matriz en Estados Unidos o los bancos extranjeros e, inclusive, pueden apelar a la cana si les pareciera necesario.

Entonces, nuestra tarea prioritaria es fortalecer las bases de sustentación de este gobierno. Y en la Ciudad de Buenos Aires, eso implica enfrentarnos con todo el coraje al representante más despiadado de la derecha, Mauricio Macri, quien aglutina a los sectores que quieren ponernos la rodilla en la nuca otra vez y forma parte de esa clase que tiene la sartén por el mango.

Sabemos que no será fácil. Pero como decimos nosotros, no venimos a una cita risueña con el destino sino a una trinchera social.

Porque sin '76, hubiesen sido imposibles los años menemistas. Porque si en la década del 90' subía la desocupación y bajaban las persianas de las fábricas mientras la pobreza se ampliaba y el hambre crecía, era porque en tiempos de la dictadura diezmaron a los sindicatos, clausuraron la potencia transformadora del peronismo y destruyeron los lazos sociales entre nosotros. Porque sin lazos sociales, no hay organización popular. Y porque sin organización popular, carecemos de herramientas para enfrentar a los dueños de todo.

Porque para sorpresa de los poderosos, entre derrota y derrota contamos con el aporte militante de hombres y mujeres que se aguantaron la tormenta a la intemperie y siguieron trabajando de manera subterránea. Porque esos compañeros, invisibles para los periodistas y camarógrafos, caminaron las villas, matearon cuando no había ni para el pan y promovieron ollas populares. Porque esos compañeros, señalados por la gilada y perseguidos por la gorra, salieron a la calle para reclamar bolsas de comida o para poner un merendero y dar clases de apoyo escolar.

Porque esos compañeros están ahora con nosotros. Porque esos compañeros son los que Macri y sus gerentes quieren borrar del mapa. Porque esos compañeros están esperándonos hace rato para que construyamos la fuerza popular suficiente para bancar al kirchnerismo y recuperar nuestra ciudad.

Porque nuestra paciencia ya es hartazgo. Porque cualquier injusticia es nuestra indignación. Porque, más temprano que tarde, serán ellos o nosotros.

Vamos por lo que conseguimos. Vamos por lo que falta. Vamos por todo.