Los militantes sindicales, sociales y políticos con vocación para construir la fuerza popular organizada que sustente en la Ciudad al proyecto nacional que encabezan los compañeros Néstor Kirchner y Cristina Fernández, convocamos a los porteños a sumarse a La Tendencia Nacional y Popular, un espacio político para nutrir desde el compromiso y la acción el desarrollo del Encuentro Popular para la Victoria. Interpelando a todos los sectores con amplitud y generosidad, afrontamos el desafío de consolidar la transformación que se inició en nuestro país el 25 de mayo del 2003.

25 octubre 2010

Reduciendo brechas


El pasado 16 de octubre La Tendencia Nacional y Popular hizo flamear sus banderas bajo el espléndido sol que bañó de luz y esperanza, durante toda la tarde, la Ciudad Oculta de Mataderos. Había motivos de peso: la inauguración de una sala de informática para los vecinos y el lanzamiento de dos referentes de la organización para un par de cargos claves a nivel local: el “Pitu” Alejandro Salvatierra, para la presidir la villa, y el “Mope” Miguel Eviner, propuesto como candidato a jefe de la comuna 8 para las elecciones del año que viene.

A partir de las 13, se fue llenando de gente la puerta del local de “Causa Popular” y el interior del bar de copetines de al lado, sobre la calle Muriguiondo al 3500, en el barrio históricamente más peronista de la Capital Federal. A la media hora, salían seis micros escolares repletos hacia el corazón de la villa que se levanta a espaldas del Elefante Blanco.

Con banderas y bombos, una columna de cuadra y media de largo arribó al compás de los repiques de los redoblantes. Varios referentes del barrio recibieron con los brazos en alto a los compañeros. Los vecinos se asomaban por detrás de las cortinas de las construcciones a medio revocar y otros se subían a las terrazas para lograr una panorámica. En la esquina donde se haría el acto, había un numeroso grupo de personas, muchos de ellos, chicos. Francisco “Tito” Nenna, junto a algunos importantes dirigentes de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), caminaban dentro de la columna.


El escenario estaba levantado sobre una ochava, de espaldas a una casa de una planta desde cuya terraza se bajó la electricidad para el festival. A la derecha, la construcción de dos plantas, hecha a nueva, donde funcionará la sala de computación. Enfrente, una hilera de casas con ladrillos a la vista, y en diagonal, una calle de tierra que se perdía en el laberinto de pasillos de la villa.

El festival abrió con el ritmo y las pegajosas melodías de los diez músicos del grupo tropical “Caricias”, todos vestidos con camisa blanca y pantalón y saco negro. Tocaron durante más de treinta minutos y deleitaron a las quinientas personas que alborotaron el movimiento habitual de la esquina. Las chicas, y también sus madres, les sacaban fotos a los artistas con los teléfonos celulares en alto mientras cantaban junto a ellos todas las canciones.

Dentro de la sala de computación, de la que se veía el perfil del escenario salpicado de sol, los músicos metiendo pasos inimitables y la gente haciendo flamear las banderas, unos veinte nenes se desparramaban sobre las diez máquinas de última tecnología distribuidas a lo largo del salón. Todos dibujaban y pintaban a través de unos de los programas que traían instaladas las computadoras. Nora Kristof, la Coordinadora General del Programa “Mi PC”, dependiente del Ministerio de Industria de la Nación, con una sonrisa de oreja a oreja que denotaba satisfacción y orgullo, contó que la iniciativa oficial es contribuir a la política nacional de inclusión social reduciendo, en este caso, la brecha digital. “El programa lo gestiona la organización territorial del barrio, y son ellos los que presentan el proyecto, que después de una evaluación, aprobamos o no”, detalló. De esta manera, a través de esa cartera, las agrupaciones políticas y sociales cuentan con una herramienta más para profundizar su trabajo con los vecinos de su barrio. La capacitación de los chicos y grandes queda a cargo de la organización, y el Estado hace un seguimiento del proceso durante tres años. De los seis chicos a los que se les preguntó si tenían computadora en casa, cinco dijeron que no. Una de las referentes del barrio tenía que pegar el grito y hacer recambio porque ninguno de ellos quería largar la computadora.

Los muchachos de Caricias terminaron su show. Llegaba al plato fuerte de la jornada. De a uno, subieron al escenario quienes tomarían la palabra. El “Pitu”, con remera de la Selección Argentina y gorra verde, habló desde el estómago, con mucha transparencia. “Pudimos cumplir con la promesa que hicimos hace dos años de inaugurar una sala de computación para los vecinos de nuestro barrio”, dijo. “Ustedes nos conocen bien, y saben que hemos dado muchos planes y bolsones de comida sin pedir nunca –y volvió a repetir la palabra, con fuerza, legitimado por la veracidad de los hechos- nada a cambio”. Transpirado y comprometido con el pasado y el presente, dijo que la intención es construir un nuevo proyecto político para el barrio. “No existe la salida individual”, recordó. Y habló de dos proyectos bien diferenciados: en la ciudad, Mauricio Macri, y a nivel nacional, el gobierno de Néstor y Cristina, “la mejor gestión de los últimos treinta años a favor de los más humildes”.

El “Pitu” levantaba aplausos y contagiaba respeto. “Ustedes saben que yo estuve preso en una unidad penitenciaria”, y habló del paco y el revolver en la cintura como casi la única opción para los jóvenes del barrio. “Pero una vez que recuperé la libertad, la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo me dio la posibilidad de trabajar, y arrancamos”, detalló. Desde ahí no paró más, y hablándole en confianza a una compañera que estaba entre la gente, le explicó que “la política no es sucia, ¿ves? –y se autorreferenció, absolutamente seguro de sí mismo-, los sucios son los que la usan para llenarse los bolsillos, como pasaba en los años noventa”. “La política -enfatizó haciendo una pausa- es una de las herramientas más maravillosas que tiene el hombre para transformar la realidad”. Más aplausos. Les estaba hablando uno de ellos, y la confianza flotaba en el aire caliente de Mataderos. “Como dijo el Diego”, tiró, ya para terminar, “la pelota –o la política, aclaró- no se mancha”.

También hicieron uso de la palabra Nora, la funcionaria del Ministerio de Industria, y el “Mope”, muy aplaudido por la gente del barrio, a quien conocen desde hace décadas. “Desde hace muchos años que decidimos construir política en los barrios postergados del sur de la Ciudad”, y los nombró uno a uno: la Oculta, Villa 20, Soldati, Piedrabuena, Piletones. “Hoy, en un nuevo aniversario del día de la Lealtad –unas horas después del imponente acto del movimiento obrero en River, y unas horas antes del nuevo aniversario del 17 de octubre de 1945-, dado el contexto que se viene viviendo desde el 2003, tenemos una oportunidad inmejorable para construir organización popular, por una Patria libre, justa y soberana, como nos merecemos”, gritó, entre bombos y aplausos. Al “Pitu” le habían pasado una flameadora con las caras de Néstor y Cristina. La revoleaba de un lado al otro, coronando uno de los momentos más emotivos de la tarde. “Me comprometo con todos ustedes”, arengó el orador, “a pelear por la conducción de la comuna 8, para trabajar, desde ahí, para que la Ciudad quede en manos del kirchnerismo”. También mencionó el trabajo de las Madres dentro del barrio y pidió un fuerte aplauso para el diputado que escuchaba las palabras de sus compañeros, en respetuoso silencio, mientras intercalaba saludos con los chicos y sus madres debajo del escenario, palmadas con los oradores, y una sentida mirada hacia la sala de informática y el cielo azul, una vez más, profundamente peronista.

El festival siguió de la mano de varios grupos de chicos del barrio, que enloquecieron a los vecinos, con la cumbia y el hip hop, un género que crece a pasos agigantados dentro de los barrios populares de la zona sur.

Ellos o nosotros

Una clase no se suicida. Los que tienen la sartén por el mango nunca ceden sus privilegios de buena gana. Y como lo tienen todo, están dispuestos a aniquilar a quienes les disputen un poco de lo que tienen.

Por eso, es importante considerar el proyecto nacional que encabezan Néstor Kirchner y Cristina Fernández como un obstáculo para los grupos económicos que pretenden una restauración conservadora. Y en ese marco, compartimos el escenario con los pueblos vecinos y sus líderes, como Evo Morales, Lula Da Silva, Hugo Chávez y Rafael Correa, por citar sólo algunos nombres.

La reciente intentona militar contra el presidente ecuatoriano y la reacción de nuestros jefes de Estado revela, en definitiva, la importancia que tiene nuestro subcontinente geoestratégicamente. Las multinacionales y el imperialismo quieren volver a poner sus garras sobre nosotros para tratarnos como colonia una vez más. Nuestros gobiernos, con distintos matices y diferencias entre sí, se mueven en bloque y resisten a la reacción de nuestros enemigos ancestrales: los gringos y sus testaferros locales.

De manera que resulta evidente que, mientras Cristina avanza con leyes fundamentales como la de Medios, la recuperación de las AFJP o la Asignación Universal por Hijo, las corporaciones se desesperan. Y así como en Bolivia quieren asesinar a Evo o en Ecuador se quieren deshacer de Correa, en Argentina la derecha quiere terminar con el proceso que vivimos actualmente. Todavía no saben bien cómo lograrlo pero rosquean día y noche para eso. Porque se trata de sus privilegios de clase y no van a perderlos sin pelear con las armas que tengan a mano: pueden ser los grandes diarios y la televisión, pueden recurrir a las embajadas de países dominantes, las empresas con casa matriz en Estados Unidos o los bancos extranjeros e, inclusive, pueden apelar a la cana si les pareciera necesario.

Entonces, nuestra tarea prioritaria es fortalecer las bases de sustentación de este gobierno. Y en la Ciudad de Buenos Aires, eso implica enfrentarnos con todo el coraje al representante más despiadado de la derecha, Mauricio Macri, quien aglutina a los sectores que quieren ponernos la rodilla en la nuca otra vez y forma parte de esa clase que tiene la sartén por el mango.

Sabemos que no será fácil. Pero como decimos nosotros, no venimos a una cita risueña con el destino sino a una trinchera social.

Porque sin '76, hubiesen sido imposibles los años menemistas. Porque si en la década del 90' subía la desocupación y bajaban las persianas de las fábricas mientras la pobreza se ampliaba y el hambre crecía, era porque en tiempos de la dictadura diezmaron a los sindicatos, clausuraron la potencia transformadora del peronismo y destruyeron los lazos sociales entre nosotros. Porque sin lazos sociales, no hay organización popular. Y porque sin organización popular, carecemos de herramientas para enfrentar a los dueños de todo.

Porque para sorpresa de los poderosos, entre derrota y derrota contamos con el aporte militante de hombres y mujeres que se aguantaron la tormenta a la intemperie y siguieron trabajando de manera subterránea. Porque esos compañeros, invisibles para los periodistas y camarógrafos, caminaron las villas, matearon cuando no había ni para el pan y promovieron ollas populares. Porque esos compañeros, señalados por la gilada y perseguidos por la gorra, salieron a la calle para reclamar bolsas de comida o para poner un merendero y dar clases de apoyo escolar.

Porque esos compañeros están ahora con nosotros. Porque esos compañeros son los que Macri y sus gerentes quieren borrar del mapa. Porque esos compañeros están esperándonos hace rato para que construyamos la fuerza popular suficiente para bancar al kirchnerismo y recuperar nuestra ciudad.

Porque nuestra paciencia ya es hartazgo. Porque cualquier injusticia es nuestra indignación. Porque, más temprano que tarde, serán ellos o nosotros.

Vamos por lo que conseguimos. Vamos por lo que falta. Vamos por todo.

La ineficiencia planificada


La gestión de Mauricio Macri ha mutado notablemente desde la campaña electoral en la que resultó ganador, en junio de 2007. Por empezar, los equipos técnicos de calidad que iban a poner fin al clientelismo resultaron ser escuadras compuestas por compañeros de colegio y empleados de sus empresas.

La promesa de no aumentar los impuestos se convirtió en subas por encima del 400 por ciento. Como en un juego de saltos y amagues, el líder del Pro nunca honró con acciones lo que sostuvo en sus discursos.

Y su gobierno terminó siendo un mero vehículo de transferencias. De los diez kilómetros de subte por año, al módico compromiso de dos kilómetros hasta finalizar su mandato, cuando la licitación se concretó bajo la gestión del ex jefe de Gobierno, Jorge Telerman. De la creación de una nueva policía, al procesamiento por escuchas ilegales practicadas con funcionarios contratados en el Ministerio de Educación. Del cierre de campaña en un baldío, a los desalojos y golpizas hacia los sectores más postergados de la Ciudad.

Los análisis le atribuyen ineficiencia en la gestión pero existe, en realidad, una intencionalidad político ideológica. O tal vez, el desacierto es lo que se quiera instalar como idea para suavizar la imagen de un proyecto político que, entre otras cuestiones, promueve la tercerización y privatización de los servicios, incrementa los subsidios a la educación privada, mercantiliza la cultura y desabastece de insumos a los hospitales públicos.

La falta de inversión puso al borde del colapso el sistema sanitario. Se decretó en varias oportunidades el “estado de emergencia” en la materia por falta de insumos, al tiempo que el deterioro de la infraestructura generó un trasvasamiento de los recursos públicos del Estado hacia el sector privado.

Por último, la política educativa macrista consagró un proceso de creciente injusticia, con la reducción del compromiso financiero con las instituciones estatales. Hay, como consecuencia, al menos 6.500 chicos del nivel inicial, cuyo universo va de los 45 días a los cinco años de edad, que no consiguieron vacantes en las escuelas públicas porteñas.

Desbordados por el sostenido crecimiento de la matrícula y sin ejecución de partidas para la edificación de aulas, los establecimientos educativos estatales experimentan un gran déficit de plazas para nuevos alumnos. Y como si fuera poco, en el 35% de los edificios existen serios problemas estructurales, entre caída de techos, filtraciones y deficiencias en las instalaciones de gas y sanitaria.

Baste señalar que los subsidios a la educación privada para el pago de los salarios docentes se incrementaron considerablemente en los últimos dos años. Mientras que en 2007 se ejecutaron transferencias por 604 millones de pesos, en 2008, primer año de la gestión macrista, el monto trepó a 802 millones.

Para el actual ejercicio económico, los aportes estatales a la escuela privada fueron de 928 millones, e instituciones como Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, con cuotas que rondan los 1000 pesos mensuales, se beneficiaron hondamente. El vaciamiento presupuestario de la pública tiene, en última instancia, una clara racionalidad noventista: mediante su estrangulamiento se financia la educación privada.

Pensar a la derecha

Por Francisco "Tito" Nenna*

La derecha se reunió para pensar. Parece un oxímoron pero es verdad.

Porque la Legislatura porteña ofició la semana pasada de sede para las jornadas "Una Agenda de Libertad. Propuestas para el Futuro". Organizadas por la Fundación Pensar, participaron en ellas el ex presidente Eduardo Duhalde, el ex primer ministro español José María Aznar, el escritor Marcos Aguinis y el propio jefe de Gobierno, Mauricio Macri, entre otros representantes de la derecha nacional e internacional.

La fundación anfitriona, con escasas acciones que honren su nombre, está integrada por la mayor parte del funcionariado PRO. Desde Macri y la actual diputada Gabriela Michetti hasta el ministro de Educación, Esteban Bullrich, y el titular de la Policía Metropolitana, Eugenio Burzaco, pasando por otros miembros del gabinete y personalidades afines, como Diego Santilli, Horacio Rodríguez Larreta, el rabino Sergio Bergman, Alejandro Rozitchner y el terrateniente Luciano Miguens, formaron parte de ese think tank.

Hasta hace poco tiempo, uno de sus integrantes era Julio Cirino, quien se presentaba como director del Área de Relaciones Internacionales y Seguridad Regional. Acusado por delitos de lesa humanidad como ex integrante del Batallón 601 del Ejército, Cirino está actualmente detenido en el penal de Marcos de Paz.

Mucho antes de dedicarse a Pensar, el reo visitaba Centros Clandestinos de Detención y era el Jefe de un Grupo de Tareas durante la dictadura. Ahora comparte el pabellón con los represores ya condenados Miguel Etchecolatz, Christian Von Wernich y Julio Simón, más conocido como el Turco Julián.

En la página web de la fundación, no hay menciones a Cirino pero se dedica un párrafo a los derechos humanos. Allí sostienen que "una nación grande debe llevar adelante una activa política de defensa de los derechos humanos", y agregan: “La larga historia de violencia política (…) debe ser condenada y debidamente procesada por la sociedad argentina".

En ningún momento, los miembros de Pensar aluden al caso de Cirino. Nada han dicho sus integrantes sobre su participación en una fundación que tuvo entre sus principales figuras un genocida que participó del terrorismo de estado.

La "Agenda de Libertad" se parece a una sumisión para retornar al desguace de los 90'. Protagonizada por ideólogos de masacres y represiones, las "Propuestas para el Futuro" sólo se reflejan en el espejo del pasado autoritario y reaccionario inaugurado el 24 de marzo de 1976.

A la luz de su composición, no es tan difícil suponer lo que piensan en Pensar. Tampoco resaltar la necesidad de prepararnos, compañeros, porque la derecha está trabajando para recuperar sus privilegios.

02 octubre 2010

La Tendencia se moviliza


La Tendencia Nacional y Popular se movilizó a los Tribunales el último martes en defensa de la Ley de Servicios Audiovisuales. “Creemos que las conquistas de este proyecto, y esta es una de ellas, deben ser defendidas en la calle, con la manifestación popular, para que pequeños sectores oligárquicos no avancen con el guiño de la Justicia por sobre todos los argentinos”, nos comentó uno de los compañeros.

Los militantes de nuestra corriente, junto a otras organizaciones políticas y sociales, marcharon por las calles porteñas hacia la plaza Lavalle, haciendo flamear sus banderas y exigiendo a la Corte Suprema de Justicia de la Nación que se expida rápidamente para que rija plenamente la nueva norma. Desde los medios que pertenecen al grupo Clarín, intentaron constantemente desmerecer la marcha y el propósito de la misma, reduciéndolo a los fervientes dichos de Hebe de Bonafini, pero sin mencionar a la cuestión de fondo: la rápida aplicación de la ley y las miles de personas movilizadas.

Una vez más, ante la necesidad de “bancar” al proyecto y sus conquistas, La Tendencia Nacional y Popular salió a copar las calles con sus banderas y militantes. Como debe ser. Con la pasión militante que nos caracteriza e identifica. Donde haya un reclamo popular, La Tendencia siempre estará, sépanlo.